Bolsillo

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En estos veintidós relatos, Bradbury nos transporta una vez más a estos lugares increíbles, los destinos del corazón, revelados como no los hemos visto nunca antes, ni en la luz brillante del día ni en la oscuridad de la noche. Inolvidables excursiones a lo fantástico, viajes gloriosos a través del tiempo y la memoria, intercalados con extraños e inesperados desvíos a lo incómodo y desconcertante, donde las sorpresas esperan detrás de cada curva y más allá de cada mojón.
"Una vívida imaginación que pregunta ¿que pasaría? y luego responde." San Antonio Express

Fahrenheit 451. La temperatura a la que el papel se enciende y arde. Como 1984 de George Orwell, como Un mundo feliz de Aldous Huxley, Fahrenheit 451 describe una civilización occidental esclavizada por los media, los tranquilizantes y el conformismo.
La visión de Bradbury es asombrosamente profética: las pantallas de televisión ocupan paredes y exhiben folletines interactivos, unos auriculares transmiten a todas horas una insípida corriente de música y noticias, en las avenidas los coches corren a 150 kilómetros por hora persiguiendo a peatones; y el cuerpo de bomberos, auxiliados por el Sabueso Mecánico, rastrea y elimina a los disidentes que conservan y leen libros.

Cuando Ahmed, de doce años, hijo del jefe de una caravana, se cae una noche de su camello, se encuentra solo y perdido entre las dunas desérticas y se echa a llorar. Las lágrimas de Ahmed caen y despiertan al antiguo dios Gonn-BennAlá, Guardián de los Fantasmas de Nombres Perdidos, que dormía bajo las arenas.
Resucitado por primera vez en docenas de miles de años, el majestuoso Gonn le cuenta al niño la historia que los ha unido, y le concede el don de volar. Juntos se elevan en el aire nocturno, y a través del tiempo y el espacio Gonn muestra al fascinado Ahmed las maravillas -y las penas- del mundo. Con cada sorprendente revelación, Ahmed encuentra un poco más de sabiduría y terminará por aceptar lo que la vida le ofrece.

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